Durante cada segundo del día estás sintiendo algún tipo de emoción, tanto si es miedo, ira,
culpa y seguridad, o calma, paz, alegría o ilusión. Las emociones siempre están presentes de
alguna u otra forma, de esta manera dichas emociones te influyen, no solo en tu estado de
ánimo, sino en todas las decisiones que tomamos esta energía emotiva es el motor
fundamental para vivir una vida plena, conocerte más y superarte y crecer como persona.
Las emociones son una energía básica que te ayuda a conocerte, a saber en qué situaciones
estás y qué interpretas sobre ti, sobre los demás o sobre el entorno.
Aunque solemos hablar de emociones negativas, realmente no existen emociones negativas en
sí mismas, sino emociones más agradables o desagradables, todas las emociones son positivas
y necesarias. El miedo te ayuda a protegerte, y la ira te ayuda a saber que algo malo te ocurre,
pero todo lo que te dicen tus emociones, es cierto.
Tus emociones solo te informan, pero todo depende de cómo tú entiendas esas emociones y
las sepas gestionar.
Sentir miedo ira o culpa es normal; pero sentir un miedo que te paraliza o no te permite
avanzar en tu vida, una ira que conquista tu día a día y te hace sentir más estrés y dificulta tus
relaciones personales, o una culpa o inseguridad que te hace sentir mal durante demasiado
tiempo y con demasiada intensidad, no es algo positivo y sin embargo si es un reflejo de que
no estás gestionando bien tus emociones.
Desde que el término inteligencia emocional se hiciera popular, hemos aprendido que las
emociones no son nuestro lado irracional, sino una parte fundamental de nuestro bienestar y
desarrollo personal. Nos ayuda a mejorar las relaciones personales y también nuestro
desarrollo personal y crecimiento personal.
El problema es el siguiente, tu forma actual de gestionar tus emociones, es un aprendizaje. Un
aprendizaje que probablemente ha sucedido durante toda tu vida. Y la misma seguramente no
te haya enseñado a gestionar muchas de tus emociones de la mejor manera ya que todos
venimos cargados de un pasado, a veces más pesado para unos que para otros y quizás otras
veces con tantas concesiones que también te veas incapacitado a la hora de gestionar las cosas
que pasen en tu vida. Por lo que nos vemos obligados de aprender continuamente sobre
nuestras emociones y la manera de darles su sitio para que nos permitan vivir en equilibrio y lo
más feliz posibles.
Para aprender a entender y gestionar tus emociones, debes vivir un proceso de cambio, donde
averigües cómo gestionas tus emociones ahora, y aprendas a gestionarlas de una forma más
funcional trabajando de forma profunda y general. Es un proceso profundo de cambio, solo
posible con un plan de acción, y por supuesto con la compañía de algún profesional que te
ayude a ampliar tu punto de vista y descubrir todo lo que puedes conseguir gracias a tener tus
emociones a tu favor y no en tu contra.