La Semana Santa, como cualquier periodo vacacional, es un buen momento para disfrut
ar de diferentes actividades de ocio que, a lo largo del año, son complicadas de realizar por la falta de tiempo. El ocio es fundamental porque los usuarios pueden proponer actividades que les apetezca realizar y podemos utilizar esas actividades para aumentar el vínculo de amistad y cariño, que es tan necesario en un espacio común como es una Vivienda Tutelada.
Nuestro período de sustitución comenzó el Jueves 24 de Marzo. Y, siendo Jueves Santo, ¿qué mejor que acercarnos a ver el inicio de la Semana Santa? Cogimos un autobús y nos fuimos hacia la Avenida del Puerto a disfrutar de tomar algo en una terraza y de la Semana Santa Marinera.
Otro punto importante es que no podemos olvidarnos de las tareas domésticas pues, pese a tener varios días de fiesta, debemos cuidar nuestro hogar. Por eso mismo, también es necesario establecer un equilibrio entre las obligaciones y el descanso. Por ello, acordamos que durante las mañanas se realizarían las tareas y por la tarde disfrutaríamos de las actividades. Así que, el viernes tarde y con el deber cumplido, nos fuimos al cine.
El fin de semana, los chicos aprovecharon para ir a visitar a sus familias y amigos, y el domingo nos volvimos a reunir en el piso para cenar y prepararnos, de nuevo, para el ritmo normal de unos cuantos días de trabajo.
Primer lunes, pero no un lunes cualquiera, era festivo y teníamos todo el día por delante para disfrutar de la forma que mas nos apeteciese. La mitad de los compañeros seguían de viaje de Pascua o con sus familias y el resto también queríamos aprovechar para hacer una pequeña escapada.
No hace falta irse muy lejos para encontrar parajes naturales increíbles. La playa del Saler, dentro del parque natural de la Albufera, fué nuestro destino de este lunes tan “ dominguero”. Con la comida preparada, cogimos el bus y tras un agradable paseo, encontramos un merendero idóneo para comer al pie de las dunas de arena y con el mar a la vista. Charlamos, reímos, compartimos…y después de una buena siesta a la sombra de los árboles, nos acercamos a pueblo para merendar y ponernos en marcha de vuelta a casa. Toda una tarde de naturaleza y desconexión.
El martes y miércoles siguientes fueron días de ir retomando la rutina habitual. Algunos de los chicos se reincorporaron a la Alquería y al trabajo asique dedicamos las tardes al descanso, había que ir mentalizándose del fin de las vacaciones. Todavía no habían llegado la mitad de los compañeros y se respiraba un ambiente de tranquilidad en el piso.
El jueves decidimos dedicarnos a ser reposteros por una tarde. Buscamos la receta y elaboramos nuestras propias monas de pascua caseras. Investigamos algunas formas y cada uno, con su porción de masa, la moldeó como quiso. Fue divertidísimo dejar volar nuestra imaginación y ver como, la forma que habíamos elegido, iba creciendo en el horno hasta estar totalmente cocida. Para terminar, le añadimos sus anisitos de colores y su huevo duro.
¿Y qué íbamos a hacer el viernes con unas monas con tan buena pinta? Pues irnos a dar un paseo para merendar al cauce del río Turia. Jardines, tarde soleada, un banquito a la sombra y perseguirnos para intentar esclafar el huevo en la frente del otro.
El sábado, algunos de los compañeros de piso regresaban de su viaje de vacaciones, así que fuimos a recogerlos a las Torres de Quart y volvimos juntos al piso. Había que deshacer maletas, poner lavadoras, preparar la comida y la cena… por fin estábamos casi todos y se notaba la alegría por el reencuentro de los chicos.
Decidimos aprovechar el último domingo de estas vacaciones y qué mejor forma que acercándonos al Festival del Aire, en la playa de la Malvarrosa. Impresionantes las cometas de todos los tamaños formas y colores que han surcado el cielo en esta edición. Hicimos un montón de fotos y buscamos un rinconcito entre todo el gentío para comernos unos bocatas mientras disfrutábamos del mar y tan bello espectáculo aéreo. Volvimos a casa por la tarde, con todavía mucho día por delante, pero con una bonita sensación de lo vivido esa mañana.
Todo lo que empieza…acaba. Último día de estas vacaciones y en el piso, sentimientos encontrados. Para algunos, estas vacaciones se han hecho cortas, pero en lo que todos coinciden es en las ganas de volver a reunirse con el resto de compañeros del piso y amigos.
Dedicamos parte del día a ultimar la vuelta a la rutina. Primeramente, una buena limpieza general para poner a punto el piso y después dejamos comidas preparadas.
A lo largo de la tarde van llegando el resto de los compañeros que estaban “rebañando” estas vacaciones con la familia. Una vez todos juntos, cerramos estas intensas Pascuas 2016 con una tarde de relax y muy buen sabor de boca.
Elena Calvo y Manuel Mataix
Personal de bolsa de empleo Vivienda Tutelada I “Hombres”, Bona Gent, APDI
