Actualmente se han conseguido muchos avances en la integración laboral de personas con diversidad , no obstante queda mucho por recorrer para logra una integración plena en el ámbito social.
Dentro del colectivo de diversidad la personas con diversidad intelectual lo tienen más complicado ya que vivimos en una sociedad que prima la producción, la velocidad y muchas de las empresas están en lugares a los que no se puede acceder con transporte público lo cual es un hándicap ya que la mayoría de las personas con las que trabajamos no tienen vehículo para acceder a la empresa.
Estamos frente a una economía en crecimiento donde hay muchas personas compitiendo por un mismo puesto y además cierta inestabilidad empresarial que hace que no se generen puestos de carácter estable., en este sentido, si además la persona que opta a un puesto de empleo presenta algún tipo de diversidad psíquica la situación se complica más.
(Extraido de AEDIS) Empleo por tipo de diversidad
Teniendo en cuenta la tipología de la diversidad, la participación laboral sigue muy determinada por el tipo e intensidad de la misma.
Así, la diversidad intelectual presenta una de las tasas de actividad y de empleo más bajas de las diversidades señaladas en el informe (32,3% y 20%, respectivamente).
Tras el análisis de estos datos, AEDIS destaca su apuesta por el empleo de las personas con diversidad en concreto las que presentan menores resultados es de empleabilidad, como las personas con diversidad intelectual.
Las personas con diversidad, con los apoyos adecuados, son profesionales preparados para competir en el mercado laboral y anima a las empresas a que sean generadoras de empleo para este colectivo.
Entendemos que deben de adoptarse medidas que ayuden a paliar estas diferencias e igualar las oportunidades de las personas a la hora de acceder al mercado laboral para conseguir la igualdad entre las personas que conforman la sociedad.
Con idéntica finalidad de procurar la integración de las personas con discapacidad en el mercado laboral ordinario, la Ley 32/1982, de 7 de abril, de Integración Social de las personas con diversidad en su art. 38, obliga a que en las empresas con una plantilla total igual o superior a 50 trabajadores, por lo menos un 2% de la misma corresponda a trabajadores con discapacidad.
También se conceden ayudas y bonificaciones según la tipología del contrato, si bien es cierto que muchas empresas manifiestan desistir de pedir esta ayuda ya que la implica mucho tiempo de dedicación y las obligaciones de la misma les hace perder tiempo.
Consideramos que es una labor de concienciación social, de dar ejemplo, de entender que cualquier persona que quiera trabajar tiene que poder hacerlo . Esto es un valor añadido para la empresa, ya que es considerada socialmente responsable y podemos afirmar que las personas con diversidad intelectual pueden desempeñar un puesto de trabajo con los apoyos iniciales necesarios y siendo rentable para la empresa.
A su vez las personas que encuentran un empleo mejora en su integración social, autoestima y autonomía. Se sienten útiles, se relacionan con gente, ganan un salario y pueden volverse independientes
En las empresas se suele producir una mejora del clima laboral ya que a los trabajadores les gusta formar parte de una empresa que es socialmente responsable lo cual redunda en beneficios para la misma y por ende en la sociedad.
Para lograr la incorporación al empleo hay que tener en cuenta la preparación de la persona para acceder a un empleo la cual se puede conseguir con acciones formativas previas.
También existe la figura de la/el técnica/o de inserción laboral que ejerce tareas de preparación como de seguimiento en el puesto, si bien esto varía según las necesidades de cada persona
Es muy importante apertura de las empresas siendo capaces de flexibilizar su organización para acoger y aprovechar las capacidades de las personas con discapacidad intelectual.
Seguro que entre todas/os lo conseguimos!!!!!!