Hace nueve años tuve la suerte de realizar las prácticas de la carrera en la Vivienda Tutelada de mujeres de Bona Gent. Y esa suerte, esas prácticas, cambiaron mi vida… La experiencia duró 4 meses, aprendí muchísimo y me enamoré. Sí, me enamoré del recurso, las Viviendas Tuteladas. Y encima a los 3 meses de terminar las prácticas, me llaman y me dicen que me contratan. Y de ahí, hasta hoy. Más de 9 años juntas. Y ahora, cambio de rumbo, eso sí, en el mismo barco. Sigo en nuestra Asociación, Bona Gent, pero con otro puesto, un nuevo reto, el Trabajo Social.
Tengo tanto que agradecer que no sé por donde empezar. Primero a ellas, a nuestras chicas, porque te cambian la vida, te hacen ser feliz y te enseñan a valorar lo realmente importante. A las educadoras con las que he compartido trabajo a lo largo de estos años que han sido muchas (Vane, Mº Jesús, Lau, Pam, Lucía…), de las que he aprendido mucho. Pero mención especial merecen mis compañeras de estos últimos 3 años, Anna, Eva y Tere, porque son incansables e infatigables y porque trabajar con ellas ha sido lo mejor del mundo. Y a ella, a la “fefa”, a Raquel, porque su confianza ciega en mí me abruma y hace que quiera seguir creciendo. No sería lo que soy sino fuera por ella. Y a Bona Gent, porque ha luchado y lucha contra las adversidades y porque creen que puedo participar en su proyecto de futuro. Espero no defraudar. Así que, compañer@s de Bona Gent, allá voy!!!
María Requena